Cómo administrar correctamente la medicación por boca.
Muchos padres os agobiáis cuando tenéis que dar medicación al bebé porque la escupe, no la quiere o la vomita.
Estos son los problemas más comunes y por eso quiero darte unas pequeñas indicaciones que pueden ayudarte a evitarlos.
Cuando tengas que darle un medicamento a tu bebé en forma líquida, una vez ajustada la dosis prescrita por el pediatra, con la pipeta del propio medicamento o con una jeringuilla, la mejor manera de administrárselo es dejar caer poco a poco la dosis, en un lado de la boca.
Sitúa la jeringa en el espacio que queda entre la mejilla y la encía, para que así lo pueda tragar más fácilmente.
De esta forma, no caerá directamente sobre la garganta, cosa que podría desencadenar la tos o el vómito.
Podemos hacerlo ayudándonos con el chupete o no y también con nuestro dedo.
Y siempre hay que intentar dárselo al bebé cuando esté tranquilo.
En el caso de los niños más grandes.
En el caso de los niños más grandes, si encuentras resistencia a la hora de tomar su medicamento, podrías considerar probar diferentes marcas para tratar de encontrar una que les resulte más agradable.
Experimenta también con distintos métodos de administración, como una jeringa o una cuchara, para ver cuál prefieren.
A veces, mezclar el medicamento con un líquido o alimento de su gusto puede ser efectivo, aunque ten en cuenta que esto podría hacer que luego rechacen ese alimento.
Alternativamente, convertir la toma del medicamento en un juego puede ser una estrategia útil y divertida para ellos.
Pero ¿y si le administramos el medicamento al bebé y este lo vomita?
Como norma general, podemos repetir la dosis si el vómito se produce en los primeros 15 minutos después de haber administrado la medicación.
En el caso de que el vómito fuera posterior a esos 15 minutos, debes valorar el contenido de dicho vómito, es decir, si se observan restos de medicamento y en qué cantidad aparecen.
Si el medicamento se administra cada 24 horas y en el vómito se observan restos de dicho medicamento, es preferible repetir la toma para evitar una pérdida de dosis.
Si, por el contrario, el medicamento se administra cada 6 u 8 horas, sería suficiente con que se adelantara un poco la siguiente toma.
En el caso de que siempre vomite el medicamento y en los que resulta casi imposible dársela por vía oral, tenemos la opción de la administración rectal en algunos medicamentos como, por ejemplo, el paracetamol.
Es decir, podemos administrárselo en forma de supositorio.
Para poner un supositorio, lávate las manos con jabón antes y después de la administración del medicamento o utiliza guantes.
Para colocar correctamente un supositorio, debemos introducirlo lubricado con vaselina esterilizada por la parte roma o plana (es decir, por el lado contrario a la punta), para que una vez introducido, el esfínter anal haga presión sobre la parte en punta y lo introduzca hacia el recto.
Un pequeño consejo: una vez introducido el supositorio junta las nalgas del bebé presionando una contra la otra ayudándote con tu mano y mantente así durante 5 minutos.
Eso evitará que lo expulse.
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