La gastroenteritis es una infección intestinal altamente infecciosa que se contagia con gran facilidad, por eso los bebés y los niños pequeños son el grupo más vulnerable a padecerlas.
La higiene y sobre todo el lavado de manos es fundamental para la prevención.
No hay que dejar de amamantar por miedo de contagiar al bebé, a través de la leche no se contagia la enfermedad. La leche materna contiene inmunoglobulinas y otras defensas frente a enfermedades infecciosas que aumentan cuando la madre está enferma.
Cuando un bebé vomita o tiene diarrea, puede que la madre se contagie, pero independientemente de ello, si el bebé está siendo amamantado, la madre va a producir anticuerpos específicos para hacer frente a la infección. Estos anticuerpos acceden al intestino del bebé a través de la leche materna ayudándole a sobreponerse a la infección y a restablecer su flora intestinal.
La leche materna aporta prebióticos y probióticos específicos para estos gérmenes que han invadido el intestino del lactante.
El riesgo de infección al lactante va a ser mayor si la madre cesa la lactancia.

La mayor parte de las gastroenteritis están producidas por virus, bacterias o parásitos. Aunque excepcionalmente la causa puede ser de tipo no infeccioso.
Las gastroenteritis producen una inflamación aguda de la mucosa del estómago o intestino que, en consecuencia, aumenta la producción de las heces o la eliminación del agua por el intestino, y en ocasiones pueden venir acompañadas de vómitos, fiebre, dolor abdominal y falta de apetito.
La principal complicación de la gastroenteritis es la deshidratación, que se agrava potencialmente cuanto menos edad tenga el bebé.
Debes saber identificar también si existen signos de deshidratación:
•Si el bebé orina menos de lo normal (y lo normal es mojar el pañal cada 3 horas aproximadamente).
•Si está menos activo y más dormido de lo habitual.
•Si tiene los ojos hundidos y/o las mucosas secas (boca pastosa, sin apenas saliva).
•Si llora sin lágrimas.
Si el bebé es lactante de lache materna exclusiva, estará de enhorabuena, ya que sin lugar a dudas, la mejor bebida para hidratar al lactante es la leche materna, ya que esta tiene la proporción perfecta de agua y sales minerales para reponer las pérdidas.
En el caso de los vómitos, nuestro cuerpo responde a esa falta de nutrientes produciendo cuerpos cetónicos, lo cual va a aumentar más aun la inapetencia y la sensación de náuseas, estableciéndose un círculo vicioso: vómitos-cetona-vómitos.
La leche materna, es mejor tolerada y ayudará a romper este círculo, gracias a su alto contenido en lactosa contrarrestará el efecto de los cuerpos cetónicos producidos por el vómito.
Los medicamentos que la madre puede necesitar tomar son compatibles con la lactancia.

Pedro es el profesional mejor valorado por sus pacientes en relación a problemas de salud del bebé como el cólico del lactante y recibe pacientes de todos los lugares de España en su
consulta de Talavera de la Reina (Toledo)
www.colicolactantetalavera.es y a través de sus
consultas online creadas especialmente para la ayuda y
resolución de problemas de la mamá y el
bebé en los primeros días y meses de vida.

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