Conservación de la leche materna.
Con respecto a la conservación de la leche materna y su conservación es muy importante conocer todas las circunstancias al respecto.
El cuerpo de la madre se prepara para la etapa de lactancia materna durante el embarazo, al producirse cambios fisiológicos dirigidos al desarrollo de las glándulas mamarias y a facilitar la producción de leche materna, que es considerada el estándar de oro de la alimentación infantil.
En el embarazo, el organismo de la gestante almacena de 2 a 4 kilos de reservas grasas que serán utilizadas posteriormente para la formación de la leche.
Las mamas son funcionalmente capaces de producir leche a partir del cuarto o quinto mes de gestación, sin embargo esto no sucede en todas las mujeres debido a que los niveles de progesterona y estrógenos ejercen un efecto de inhibición.
Lo primero que se produce es el calostro, que es el líquido amarillento secretado por la glándula mamaria durante los últimos meses del embarazo y en los primeros días que siguen al parto, es altamente nutritivo y rico en propiedades anti infecciosas, células vivas, inmunoglobulinas y anticuerpos que lo constituyen en la primera inmunización para el bebé.
A esto le sigue la leche de transición, que tiene un mayor contenido de grasa, lactosa y vitaminas hidrosolubles, la cual va cambiando hasta alcanzar la composición de la leche madura.
Es importante decir que el tamaño o la forma de los pechos no influye en la producción de leche, ya que esta depende de la succión y estimulo adecuados y frecuentes que hace el recién nacido.
Vamos a ver cómo conservar, descongelar, calentar y almacenar la leche materna.
Índice.
- Conservación del calostro y la leche madura.
- Conservación de la leche congelada.
- Cómo descongelar la leche materna extraída.
- Cómo calentar la leche materna extraida.
- Pequeños inconvenientes.
Conservación de la leche materna: calostro y leche madura.
El calostro se mantiene a temperatura ambiente (entre 27 – 32 ºC) de 12 a 24 horas.
La leche madura se mantiene:
• A 15ºC: 24 horas.
• Entre 19-22 ºC: 10 horas.
• A 25ºC: de 4 a 8 horas.
• Refrigerada entre 0 y 8ºC: de 5 a 8 días.
Conservación de la leche congelada.
La leche congelada la podemos conservar:
• Si el congelador está incluido dentro del frigorífico: 2 semanas.
• Si el congelador está en una puerta separada del frigorífico: 3 meses.
• Si es congelador separado, tipo comercial con temperatura constante: de 6 a 12 meses.
Lo más recomendable para la conservación de la leche materna son envases de Vidrio y Plástico duro.
El de plástico duro es el más recomendado.
Evitar los recipientes que contengan bisfenol A –o BPA.
Cómo descongelar la leche extraída.
Para descongelar y calentar la leche extraída, lo ideal es ir disminuyendo la temperatura poco a poco.
•La leche se debe descongelar lentamente. Para ello sácala del congelador la noche previa y ponla en la nevera. Después dejar a temperatura ambiente hasta el
momento de la ingesta. (No más de 4 a 8 horas).
•Para descongelarla más rápidamente o para templarla antes de la administración al bebé, introdúcela dentro de un recipiente con agua previamente calentada, hasta que alcance la temperatura deseada.
•No utilices el microondas ni hiervas la leche para descongelarla.
•Tras la descongelación y antes de la administración se debe agitar bien para mezclarla, ya que a leche humana almacenada forma capas de diferentes colores (la grasa queda arriba); esa presentación no debe alarmarnos.
•No vuelvas a congelar leche que ha sido descongelada; puede mantenerse durante otras 24 horas refrigerada, siempre que no haya sido calentada ni haya estado en contacto con la saliva del bebé, pero pasado ese tiempo debe desecharse.
Cómo calentar la leche materna extraida.
En el proceso de extraer, conservar y calentar la leche se puede provocar la pérdida de las propiedades naturales si calentamos de forma excesiva la leche, ya que van a reducirse la cantidad de nutrientes y anticuerpos y estos son los que se encargan de su sistema inmune.
Existen diferentes maneras de calentar la leche materna, una de ellas es utilizando un calienta biberones para la leche materna.
Es uno de los métodos más usados para calentar leche materna ya que acelera el proceso y lo hace de manera uniforme.
Uno de sus beneficios, es que mantiene la misma temperatura durante más de una hora, lo que es ideal, si te adelantas a la toma o el bebé se duerme repentinamente en el momento de su toma.
Al baño María.
Otro método de calentar la leche materna es al baño María.
Es la opción más económica, pero no las más rápida, ya que tardaremos de 10 a 15 minutoshasta conseguir las temperaturas idóneas que necesita nuestro bebé.
Calentar al baño María suele ser rápido, pero en este caso lo que pretendemos no es hervir el agua, si no calentarla gradualmente.
Lo importante de este método, es que controlemos los grados o puede que la leche hierva y se eche a perder.
Nunca se debe calentar la leche directamente en el cazo, estropearía por completo sus propiedades.
Otra opción es calentar la leche materna con agua caliente.
No es necesario calentarla en exceso, ya que tu bebé toma la leche al salir directamente de tu pecho, un poco más caliente que como está fuera de la nevera.
Para calentar la leche con agua, simplemente ponemos el biberón debajo de un chorro de agua caliente unos segundos.
Pequeños inconvenientes.
Si notas que tu leche tiene un olor rancio al descongelarla, es debido a la acción de una sustancia que se encuentra en la leche llamada lipasa, que transforma la grasa de la leche y provoca el cambio de su olor y sabor.
NO es perjudicial –de hecho, ayuda al bebé en la digestión- pero puede provocar rechazo por su sabor. Para evitarlo, nada más extraerte la leche, procede a su enfriamiento rápido (con agua fría o con hielo) o a su congelación inmediata.
Una vez que tiene olor rancio, no se puede hacer nada para eliminarlo.